sábado, 9 de abril de 2011

Cantinflas como modelo del mexicano

SER O NO HAY QUE SER


Para Portilla, Cantinflas es un modelo del relajo y en su Fenomenología afirma que "la acción constitutiva del relajo puede ser una serie de meras actitudes ‘cantinflescas’, por así decirlo".Es innegable que en México se cultivan formas de humor típicas del relajo y en nuestro país han florecido lenguajes humorísticos colectivos tales como la cantinflada y el albur, dos idiomas relajientos.

El gran hallazgo de Cantinflas fue usar el lenguaje de una manera mecánica, desproveyéndolo de todo sentido; al hacer esto, el mimo mexicano hace del discurso la herramienta básica del humorista, un elemento cómico. Esto lo logra gracias a que le quita al lenguaje todo su valor, todo su sentido, es decir, echando relajo con el lenguaje. Mientras Shakespeare diserta sobre el suicidio con su "ser o no ser", el mimo mexicano se pregunta "ser, o no hay que ser, mano, porque esa es la cosa..."

La suspensión de la seriedad en el idioma de Cantinflas es con frecuencia una negación pura y simple de valores, sin salidas, sin movilidad, sin perspectivas al futuro... pero no siempre. La cantinflada también le sirve al lépero para burlarse de la pedantería, la grandilocuencia y la solemnidad de las clases altas heredadas del porfiriato. El mensaje es: así como no entiendo tu hablar pedante, tú no entiendes mi lenguaje popular. No en vano su contraparte en el cine nacional bien puede ser don Antonio Soler o, en plan chusco, Joaquín Pardavé. Según un viejo sketch, un aristócrata mexicano se siente insultado por un lépero y lo reta a un duelo a muerte en Chapultepec a las cinco de la mañana. A las ocho llega un padrino de duelo del vago con este mensaje: "Dice mi cuate que en lo que se refiere al duelo, que lo dé por muerto... y que su último deseo es que usted se vaya a chingar a su madre."

El discurso de Cantinflas también funciona como choteo del habla confusa de los políticos mexicanos posrevolucionarios de todo signo. En una ocasión, el poderoso líder sindical Luis N. Morones reta a debate a Lombardo Toledano quien, despectivo, manda a Morones a discutir con Cantinflas. El mimo acepta el reto y responde con un discurso que no tiene desperdicio:

"¡Ah! pero que conste que yo tengo momentos de lucidez y hablo muy claro. ¡Y ahora voy a hablar claro!... ¡Camaradas! Hay momentos en la vida que son verdaderamente momentáneos... ¡y no es que uno diga, sino que hay que ver ¿Qué vemos? Es lo que hay que ver... [y sigue...]"

País de indios en donde las lenguas indígenas no son respetadas y donde el castellano se impone en los hechos como el único idioma legítimo, los ladinos, los mestizos, los marginados, todos juegan con el lenguaje y disfrutan la dislalia y la confusión dolosa.

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